Alge, Nama y Red |
Buenas noches señoras y señores. Como en todo buen concurso, hemos llegado al final del camino. Han sido seis semanas intensas donde se ha demostrado que el placer por escribir una historia no tiene nada que ver con la remuneración en metálico, y así las autoras y autores nos han regalado generosamente el placer de leer sus historias en público cada miércoles.
Nuestros artistas han demostrado una imaginación desbordante al ser capaces de crear una historia a partir de una frase que les ha sido entregada cada semana. Frases tan distintas entre si que iban desde el agua que caía a calderadas en nuestra cabeza a entrenarse para estar muertos. De ver unos números tatuados en una muñeca a no ver nada a través de una ventana. O de arrastrar los pies a una frase copiada de la novela de charles Dickens “Historia de dos ciudades”.
Pero de todas han salido airosos y nos han contado su visión de la historia. Y lo han hecho tan bien, que como no me he cansado de repetir todas las semanas, el jurado ha tenido problemas para puntuar.
Quiero reiterar el modo en que se han llevado a cabo las puntuaciones, algo que ya contamos en la primera gala, pero que no esta de mas recordar. Todos los relatos se me han enviado a mí. Después de comprobar que estaba todo correcto, el día antes de la gala he copiado todos los relatos en una notecard sin el nombre del autor/a y se los he entregado al jurado, quien a su vez me los ha devuelto puntuados sin saber en ningún momento quien los había escrito.
Ahora vamos a proceder a la lectura de los relatos de hoy y al término de la misma daremos los ganadores de la semana, así como los tres primeros ganadores de todo el concurso. Y una mención especial a todos los escritores sea cual sea la posición final porque a decir verdad, no importa si uno ha recibido mas puntos que otro, son todos iguales de ganadores porque han escrito los relatos con la misma ilusión.
Mar Shilova
Directora
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Título: Mezclando tiempos
Autor: Cool Vella. Puntuación: 24.3
Era el mejor de los tiempos, era el peor de los tiempos.
Cuando él la sonreía, cuando la acariciaba tierno, cuando escuchaba palabras
dulces que él dejaba resbalar en su oído, susurradas. Era el mejor de los
tiempos cuando le despertaba su beso, cuando se fundían en un grito único que
entregaba los cuerpos. Cuando volvía sombrío, con aquel brillo ebrio en los
ojos, cuando el grito sustituía el susurro y el insulto a la palabra tierna, el
cielo se hacía infierno y era el peor de los tiempos el que tocaba vivir.
Ella olvidaba lo malo y consolaba su vida con el mejor
recuerdo.
Ese brillo loco en sus ojos. A tantos insultos siguió algún
zarandeo y al final, el primer golpe. Sólo una cachetada que fue sin querer,
porque se le fue la mano. Se le fue una segunda vez y luego otra y otra más.
Ella dejó de contarlas. Él siempre volvía con lágrimas y algunas flores, con
promesas de nunca más y con aquella mirada tierna que la hacía perdonar. Eran
tiempos malos, eran buenos tiempos. Eran golpes, llantos, lágrimas, perdones y
besos.
Ella perdonaba lo malo y consagraba su vida a aquel hombre
fiero.
Los días, los tiempos mejores y peores van desfilando
mezclados. Cada vez menos susurros, más brillos ebrios, más golpes, menos
flores y ningún beso. Ella se ahoga en lágrimas y él ya no llora después. De
aquel fundirse juntos nada más queda el abuso hecho sexo.
Hoy la vino a pegar otra vez. Sin querer se le fue la mano y
clavó en su pecho el cuchillo con el que cocinaba para él.
Ya hizo la llamada, ahora habrá que contar. Será complicado
explicar.
Mientras espera, no siente dolor, ni miedo. Suspiró
aliviada.
¡Será el mejor de los tiempos!
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Título: Consuelo y sobriedad
Autor: Algezares Magic. Puntuación: 23.65
Era el mejor de los
tiempos, era el peor de los tiempos, la incertidumbre cubrió las mejillas de
aquella mujer sumergida en el manto sublime de la desesperanza y la
traición...... El sesgo que fundía su alma no podía sin más desaparecer en la
monogamia a la que estaba aprisionada
Aquella gacela en cuyo salto esotérico atrapaba las miradas
de los depredadores que
zarandeaban los vasos de Whisky de forma grosera y pululante
absorbía los caminos de la ambigüedad y la desesperanza.
Una vez más, el niño que siempre quiso tener, rompió a
llorar, en su mente se describía un mundo lleno de sospechas, de fantasmas y
tinieblas que alimentaban la desazón que la destruía....
Aquella clara serenidad de la oscuridad en la noche, seducía
sus ojos ensangrentados en ansias de venganza..... No podía continuar así y sin
embargo una fuerza misteriosa la obligaba a seguir.
Fue cuando recordó las misteriosas palabras de aquella vieja
en el pórtico de la catedral... "Que los dragones de gargantas
incandescentes que cuidaron de nuestra idiosincrasia remuevan las telarañas de
aquellos que osaron usurpar lugares que no les corresponden".
Finalmente pateó la silla y se sumergió en el baile cansino,
monótono pero implacable que se llevaba su vida hacia un descanso merecido y
eterno.
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Título: Puesta de sol
Autor: Cool Vella. Puntuación: 23.6
Era el mejor de los tiempos, era el peor de los tiempos.
Sentado en aquella mesa, sintiendo la brisa del mar en su rostro y observando
el bello declinar del Sol en sus ahora tranquilas aguas, quiso dejarse llevar
en un repaso nostálgico.
Encendió con parsimonia, en repetición de ritual tan
aprendido que no precisaba atención, un cigarrillo más. Aspiro profundo y
tranquilo hasta sentir ese regusto más imaginario que real. Se sintió relajado
y, si no feliz, que es palabra mayor, al menos razonablemente tranquilo.
Tiempos buenos y otros malos. Sin duda ha habido de los dos.
Mi caminar ya no es paseo y, tal vez, se acerca, como ese sol, a su punto
final. Ésta es la reflexión que quiero plantear: ¿cuál fue de todos ellos el
mejor, cuál el peor?
Mientras prosigo ese fumar que es también bella y útil
excusa para dejarse llevar, voy revisando una vida que tuvo ya niñez,
adolescencia, juventud y madurez. Voy desgranando imágenes, sonidos, sabores,
olores y hasta muchos roces que fueron tacto. Recuerdo pasiones, amores, odios,
risas y llantos. Es todo un desfile multicolor, variado y desordenado. Son
muchos trozos, fragmentos mentirosos de una vida que es siempre continua. Es,
mi repaso, una disección forzada de un todo que no es la suma de sus pedazos.
Todo llega a su fin. Apago en el humilde cenicero aquello
que ya no puede ser fumado. Suspiro profundo, ya sin humo, pero también
relajado. Es todo eso que he recordado, aquello que queda de una vida o después
de ella, todo muy entrelazado. Todo eso que aún despierta el recuerdo y todo
aquello que quedó olvidado. Todo era el mejor de los tiempos, era el peor de
los tiempos también. Todo porque fue.
En el horizonte el Sol dijo adiós.
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Título: Betlem campanas de Betlem que los angeles tocan...
Autor: Kiranha Magic. Puntuación: 23.55
Era el mejor de los tiempos, era el peor de los tiempos.
Navidad.. Si no fuera por la tradición de sentar un pobre en
la mesa, emigraría a algun país lejano y
agnóstico.
El del pasado año, comió de postres un trocito de turrón
duro. Solo tenía tres dientes desalineados. Vivió en casa............. hasta
Reyes. “Nunca tiro nada”, repetía. Le regalamos una licuadora, y se marchó a un
albergue de Cáritas.
Quedamos las tres intendentes de sueños en un café del
Passeig de Gràcia para repartirnos las compras,. Desayunados nueve croissants
con café espeso y negro, comenzamos la batida.
Me tocó comprar el regalo de la sobrina más pija. Tenía 3
pistas. Boulevard Rosa, Corty y Calzedonia. En el Boulevard colgaba la gente de
las lámparas. Fuí al Corty. Me riñó un comercial por llegar tres meses tarde.
Sigo por Portal de l’Angel. Seríamos ocho pies por metro
cuadrado. Cuido de no pisar ninguno de los otros seis, y que estos no me dejen
los míos planos. Estaba por ponerme casco y abrime paso a cabezazos. Me paro.
He de ir hacía la izquierda. Aprovecho que vienen de frente un ciego y un cojo.
El ciego me esquiva, el cojo llegó tarde.
Llegué a la cola. Trescientas dos personas. Sacan dos
cajeras en ambulancia. Una por ataque de sudoración...............deshidratada,
la otra con artrosis electromagnética en las manos. Pregunto a un segurata por
las dependientas. Responde........... todas en el excusado, presas de un ataque
de pánico.
Busqué la talla....... 36, 40,..............¿ y la 38?. La
llevaba en mano una señora con michelines y años. Intento sobornarla. No se
deja. Se la descuido por una 48. Pensé............ solo ve por un ojo miope, si
no es para su nieta, será para su vecina.
Llegué a casa extenuada, y me dí un baño.
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Título: Dicotomia
Autor: Marc Gene. Puntuación: 23.3
Era el mejor de los tiempos, era el peor de los tiempos. Era
el mejor cuando bailaban en algún palacio precioso, ambos con trajes de ensueño
y la mejor de las sonrisas en su cara. Era el peor cuando solo se hablaban en
la mesa para darse las gracias al pasarse el pan. Era el mejor cuando se amaban
en una isla de arenas blancas, salpicados los cuerpos por el mar, Era el peor
cuando se acostaban en la misma cama, y se daban las buenas noches, uno en
Tarifa y el otro en Irun, sin posible comunicación. Era el mejor cuando
asistían a conciertos en los que disfrutaban como cuando eran más jóvenes. Era
el peor cuando los días pasaban monótonos y grises, ella en el salón, él su
despacho, sin broncas pero sin vida. Era el mejor cuando hablaban de proyectos
futuros, de cosas por hacer. Era el peor cuando no había ningún proyecto en
común desde hacía mucho tiempo ya.
Y sin embargo, ambos coincidían en el mismo mejor y peor
tiempo. ¿Lo sabrían?
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Título: Estoy caliente
Autor: Natalia Ectonite. Puntuación: 23.2
Era el mejor de los tiempos, era el peor de los
tiempos, tenía esa idea en mi mente
cuando un repentino sonido me saco de golpe de mis pensamientos, entraste
serio, todo un señor, abre me dijiste,
¿Qué sientes?
Preguntaste como sí me analizaras.
-Siento mi cuerpo arder, respondo tímidamente, mientras mi
mente te responde de una manera mucho más completa, cada molécula de mi cuerpo
está en llamas, me pongo húmeda, mi piel
se eriza al más mínimo contacto con la sabanas… inhiestos pechos le dan la
bienvenida a tus heladas manos, que son para una refrescante lluvia de verano,
mis muslos juguetean entre las sabanas, tan calientes como yo, mientras me
ordenas quedarme quieta y abrir la boca, sin dulzura introduces un cuerpo
entraño en esa pequeña cavidad, mi lengua juguetea libre caliente también, lo
metes hasta el fondo, rápido y fuerte, mientras mi cuerpo continua
perlándose, mientras mi piel continua
ardiendo, mis mejillas se sonrojan mi respiración se dificulta, y sigo ardiendo,
me ordenas sacarme la blusa y voltearme, siento tu presencia tras de mí, tus
manos en mi espalda, en mi pecho, me pides toser, me pides gemir.
Sientes mi corazón acelerado en tus manos, me recuestas y me ves, caliente a más no
poder, entrecerrar mis ojos, y perderme en mi calentura.
Y tú ordenas sin más, emergencia, la hay que bajar la
fiebre, mientras que desconocidas enfermeras me conectan vías de liquido vital,
para bajar mi calentura.
Ya recordé porque era el peor de los tiempos, suspiro
resignada, supongo que estar caliente no siempre es bueno, ya me torceré una
pierna la próxima semana, pienso mientras le veo irse.
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Título: El traje
Autor: Natalia Ectonite. Puntuación: 23.3
Era el mejor de los tiempos, era el peor de los tiempos… la
miraba pensativa mientras la acompañaba.
¿Él me ama, verdad?, preguntaba sonriente e ilusionada,
mientras la mujer paciente le colocaba el magnífico traje blanco, toda una
maravilla de diseño, la chica emocionada se dejaba acomodar dócilmente, la
peinaron y sonría, entrecerró sus ojo, respiro profundo y en su mente bailo con
él una vez vas.
- ¿Sientes mi
mano, como te toca suavemente para guiar ese movimiento? Preguntaba el hombre,
si amor, respondía ilusionada, mientras suspiros contenidos emocionaban a
aquellos que la ayudaban a vestirse para el gran día.
La música clásica inundaba la estancia, ella nerviosa se
puso de pie, la corte se colocó a su lado, y la acompañaron en ese largo
corredor que más de alguna vez hemos visto en las películas, ella avanzaba
radiante, con su traje blanco prístino, un paso, luego otro, una pausa, paso,
pausa, paso, pausa. Hasta que las puertas se abrieron con sordo estruendo, una
claridad la cegó, aun así, confiada dio ese paso decisivo, la puerta se cerró
tras ella, mientras que por la rendija las enfermeras la miraban con tristeza,
con las manos atadas a la espalda por su traje danzaba una y mil veces.
¿Qué opinas hermanito, te gusta?- Ups, esa es mi propia
alucinación.
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Título: Un padre y un hijo
Autor: Adaquin Mocha. Puntuación: 22.15
Era el mejor de los tiempos, era el peor de los tiempos. A
esta conclusión llegaban padre e hijo, ambos pastores, en esa charla nocturna.
La vida tiene de todo y todo debe ser aceptado con el mejor talante. Nada es
eterno. En su familia la cría y cuidado de ganado había sido la ocupación
diaria y eterna. El padre, a sabiendas de que su hijo estaba a las últimas de
las noticias de la capital, y aprovechando la confianza que dan las vigilias
veraniegas le preguntó a su hijo… ¿qué es un Homosexual?, el hijo le respondió
que es una persona como ellos dos, sólo que tiene su mirada puesta en los
hombre para las cosas del amor y de la familia, que suelen ser personas
ordenadas y que a pesar de no poder procrear gustan de adoptar. El padre se
quedó pensativo con la respuesta y preguntó… ¿qué era un Gay?, el hijo le
respondió que al igual que los homosexuales, ellos también ponen su mirada en
las personas de su mismo sexo para las cosas del corazón, sólo que son más
promiscuos y no suelen pensar, de la misma manera que los homosexuales, en la
familia y en la adopción, que tenían un simpar gusto para la decoración y el
diseño y que solían ser personas, como los homosexuales, muy educadas. El padre
se quedó también pensativo con las respuesta, como si la mascullara. Por
último, sin dejar de mirar las estrellas, preguntó a su hijo… ¿y una maricona?
El hijo se incorporó y le respondió.
- Una maricona es uno que quiere que el Betis baje a segunda
división.
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Título: En la calle llovía
Autor: Kiranha Magic. Puntuación: 21.8
Era el mejor de los tiempos, era el peor de los tiempos.
Desde la ventana contemplaba el mundo. Una alba fría y gris
me alumbraba. Nada se agitaba en mi alma, fuera de una sensibilidad sin amor,
cruel y fría. Mi niñez estaba muerta, o quizás perdida. Estaba derivando a
estas alturas de mi vida, como la cáscara estéril de la Luna que se iba.
¿Venía mi palidez de aquel hastío, de trepar por cielos
subjetivos observando el mundo desde mis ojos, errantes y solitarios?
Me humillé entre las sombras de mis pensamientos,
abatiéndome ante el respeto hacia la divinidad que había creado todas las cosas
y todos los hombres. ¿Como me llegó aquel pensamiento?
Doblegada y rendida en mis propias tinieblas, rogué en
silencio a aquel angel perdido, que en la infancia me guardaba de todos los
infortunios. Pedí que apartara con su espada, el demonio que susurraba en mis
oídos.
Abrí la ventana. Un viento cortante entró por ella. Me vestí
y salí a la calle. Llovía. Caminé por calles sucias, tristes y solitarias,
subiendo hasta la torre más alta de aquella ciudad lúgubre y sombría.
Desde allí ví mi inutil aislamiento. Nunca me aproximé a
ninguna de esas vidas que llenaban casas vacías, ni supe hechar un puente sobre
el abismo de rencor y de vergüenza que de ellas me separaba.
¡¡ Cuán necio había sido mi intento !!. Había tratado de
construir un dique de orden y elegancia, contra la sórdida marea de la vida que
me rodeaba y contener así mi marejada interior por medio de reglas de conducta
ajenas al lugar donde vivía.
Todo inútil. Mi mar de sentimientos, saltó por encima de mis
frágiles barreras
Solo me quedaba saltar a ese pozo negro que es el olvido.
Así lo hice, ...................mientras llovía.
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Título: Mi secreto
Autor: Natalia Ectonite. Puntuación: 21.5
Era el mejor de los tiempos, era el peor de los tiempos,
dependía como siempre desde el punto de
vista que se mirara.
Mi vida era estupenda vista desde afuera, buen trabajo, reconocimiento profesional,
dinero, no podía ser mejor, pero entonces a qué se debía esa sensación de vacío
interior, esa que solo tu presencia superior puede llenar.
Tengo un secreto, es inevitable él lo supo apenas me vio,
-¿eres sumisa? Me pregunto serio, sabía que había mucho más
en esa pregunta que en todo lo que habíamos hablado, y ahí estaba frente a su
poderosa mirada preguntándome de que hablaba, cabe destacar que hasta esa fecha
no tenía idea de que era una sumisa, esas ideas eran tabo dentro de un hogar
religiosamente instaurado.
Poco a poco fuiste guiándome por este mundo, me diste a leer
libros, me hablaste de esto sin ninguna emoción, pero mi corazón se rendía a
ti, sin darme cuenta comencé a seguirte, a necesitarte a estar perdida sin ti.
Eras mi Amo, sabía que eso no era así, lo que decía la
literatura y sin embargo me sentía tan tuya y a la vez tan de nadie.
Muchos meses han pasados entre de premios y castigos, ahora
miro con devoción a mi Amo, es el mejor de los tiempos, llevo sus marcas y tu
collar. Soy una mujer con un secreto, soy sumisa, soy suya y no pretendo nada
más. Pero cuando debo ponerme de pie, bueno, nadie dijo que fuera fácil, pero
sin duda lo vale.
*****
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